Segundo temblor, eran las 5 de la mañana, me asomo al patio, la noche está rara, muy extraña, como si fuese a llegar el fin del mundo. Las ramas de los árboles se mueven con cierta quietud. Corre un viento cálido y ausente en la tarde anterior, algo se palpa en el ambiente, algo no está bien, algo no encaja. La luna llena ilumina notablemente la noche, entro, la vuelvo a mirar 5 minutos después y ya se ha ocultado tras los techos vecinos. La luz se ha cortado, ¿Habrá un tercer temblor?. Esto no puede ser otra cosa que la antesala de una catástrofe. Me siento en la cama, suena mi celular. Mi familia desde Santiago.
Todo lo horrible que viene después es archiconocido por todos...
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